domingo, 27 de julio de 2014

Escenarios Majestuosos

Kilimanjaro


El Kilimanjaro es una montaña situada en el nordeste de Tanzania formada por tres volcanes inactivos: el Shira, en el oeste, de 3962 m de altitud, el Mawenzi al este, de 5149 m y el Kibo, el más reciente desde el punto de vista geológico, situado entre ambos y cuyo pico, el Uhuru, se eleva hasta los 5891,8 m y se constituye en el punto más elevado de África. Además de por este hecho, el Kilimanjaro es conocido por los famosos campos de hielo de su cumbre, que se están reduciendo de forma dramática desde principios del siglo XX y se estima que desaparecerán por completo entre 2020 y 2050. La disminución de las precipitaciones de nieve responsable de este retroceso se atribuye a menudo al calentamiento global, además de a un importante proceso de deforestación. A pesar de la creación del Parque Nacional del Kilimanjaro en 1973, y aunque este parque juega un papel esencial en la regulación bioclimática del ciclo hidrológico, el cinturón forestal continúa estrechándose, debido a que la montaña es el hogar de los pastores masai en el norte y en el oeste, que necesitan prados de altitud para pacer sus rebaños, y campesinos chagga al sur y al este, que cultivan parcelas cada vez más extensas en el piedemonte, a pesar de un proceso de concienciación iniciado a principios del siglo XXI.



Tuvalu


Tuvalu en la Polinesia
Tuvalu, antiguamente Islas Ellice, es un país insular perteneciente a la región de la Polinesia, localizada en el océano Pacífico, aproximadamente a mitad de camino entre Hawái y Australia. Los países más cercanos a Tuvalu son Kiribati, Samoa y Fiyi. Consta de 4 arrecifes de coral y 5 atolones, con un área total de 25,44 km² (2.544 hectáreas). Esta pequeña isla en forma de luna está siendo afectada considerablemente por el cambio climático, aumentando el nivel del mar que consume poco a poco a esta isla, por lo cual es probable que este rincón exótico desaparezca en los próximos años.



Amazonas


La selva amazónica, cuyo desarrollo tardó más de 22 mil años, es una obra natural de bellezas difícilmente imaginables. Pero lo que más importa resaltar aquí es su importancia ecológica.
Esta selva, en su intercambio de gases con la atmósfera, libera el 50% del oxígeno necesario para la vida de los seres humanos y de las demás especies animales; además es la generadora de las corrientes de calor que, expandiéndose hacia el norte y hacia el sur, consiguen templar el clima del planeta.
En 1982, de un relevamiento de flora y fauna se obtuvieron los siguientes datos: en un espacio de 10 Km2 hay 760 especies de árboles, 125 clases de mamíferos, 400 tipos de aves, 100 de reptiles y 60 de anfibios, entre otras. Por otra parte, el Río Amazonas, de 7 millones de metros de longitud, es el mayor sistema hidrográfico del planeta: contiene las dos terceras partes del agua dulce disponible y lo habitan 200.000 especies de peces.
Dicho esto, es fácil medir la importancia que tiene este ecosistema para la vida de todos los seres que habitamos el tercer planeta. Sin embargo estas estimaciones no parecen hacer mella en el espíritu de codicia de las multinacionales y en el indolente de los lugareños, pues todos a una colaboran para continuar la destrucción de este tesoro de valor incalculable (para no hablar de la generalizada dilapidación de los recursos naturales en todo el planeta): la construcción de la Ruta Transamazónica, a más de haber demandado la destrucción del hábitat natural de cientos y miles de especies, es ahora un camino seguro para quienes se internan para seguir destruyendo; los incendios provocados por granjeros y hacendados en busca de tierras cultivables han llegado a liquidar 80 mil Km2 de jungla por año, con su consiguiente contaminación de 620 millones de toneladas de gases carbónicos, etc.